miércoles, 29 de octubre de 2008

las lagañas te arañan la cara;
nadie entendió nada.
Alegres por el humo
algunos peces se remuerden
en tu alcoba.

y una escoba
se aferra a tu boca
y brota como una loca.

una boina que te calza
como nuez a tu cien.
y más de mil gotas
te aferran a la tierra.

mientras te afeitas
vuelven monedas de sudor
que te traen y te revuelcan
como peces al amanecer.

y por fin un sin fin de
protestas- que te aterraban-
caen como las gotas
que se disuelven tal nieve
al vapor.

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