A los pocos días después de la Navidad, sucedio algo bello.
Había mucho blanco alrededor. La casa, solitaria, y a la vez rodeada de un jardín tumultoso. ¿ Qué pasará?
Desde el día de la Navidad, nadie más se ocupó de correr la nieve que molestaba la entrada. Ni los dueños, ni el ama de casa, ni los visitantes, ni los escolares, ni los perros, ni los gatos. La entrada larga, ni ancha ni angosta, decorada en primavera por montones de margaritas amarillas, parecía que iba desapareciendo.
¿ Qué pasará si perdemos la entrada? ¿ otros lugares nos permitirán pasar?
Por el momento, las ventanas seguían vistosas. Lindos bordados, vidrios transparentes, la madera cuidada. No daba la sensación de encierro, todavía. La casa seguía invadida por los rayos de sol. Rayos violetas y azules y amarillos penetrantes..
¿ la casa era verde?
El perder la entrada permitió espiar el interior, saborearlo y degustarlo
¿ Qué interior?
Nuestra perspectiva nos permitía ir a muchos espacios. ¿cuántos ambientes vemos? La luz alumbra la cerradura, por un tunel, vemos uno, dos, tres, 4 cuartos.¿habrá más?
Tomemos el camino A. Este conduce a la sala de estar, por el momento habitada solo por una mesa, bajita, de madera húmeda. A los costados, dos almohadones blancos estan disponible para atajarnos; para atajarme, para atajarte.
Luego de este devío continúa la descripción. El camino B. ¿ desvío? El camino B atraviesa la escalera : finita, pero sostenedora, aunque tenga espirales. En el final de la escalera nos recibe un piso de mosaico, frío, chato; pero no se por qué seguro. Desconfio.
¿ continuamos?
El tercer camino tiene variantes. El principio es el mismo. Un cuarto alfombrado. La estufa está a mano. No se ve bien, quizás es turquesa esmeralda, quizás unas lineas rojas, púrpuras la dibujan. Lo que si es seguro es que son intensas. Hay un pequeño espejo, pero no espeja. Hay una puerta; parecería ser que es de madera. Madera vieja y limpia. Confortable.
Las variantes se diluyen. Probemos.
Un surco, como un rayo y caemos en otro espacio, completamente blanco. A simple vista la propuesta era amarilla, pero no, es completamente blanca. Solo tiene una especie de rejilla en el techo. Provoca vértigo, provoca, provoca.
¿ cuál es el próximo paso?
No se puede ver la casa por entero. Espacio, objeto, colores.
Escalera abajo, los almohadones blancos nos dan un respiro. Continuamos el recorrido pero sin habitar el proximo lugar, solo observamos y ordenamos lo que vemos. Tazas traídas como recuerdos de algún viaje. Cerámica, huele a delicado. Relojes, no muchos, pero sí más que uno. Pero sobre todo objetos que están ahí. La luz es tenue. Algunos de ellos son heredados, pareciera por su olor, su tacto, y su color.
Esta descripción hace pendular entre viejo y nuevo. Se entremezclan. Los objetos, ¿alguno contiene un tesoro? ¿ debería ser dorado ? ¿ por qué toda investigación debe ser lineal? Los circulos y espirales parecen ser más ricos, con más vueltas, con más jugo para extraer. Pero los objetos que adornan son más estables. Tienen su historia.
Descendiendo, media escalera abajo, hallamos otra puerta. Un picaporte dorado. Intuíamos que luego de un espacio más antiguo venía otro más al día. verde debería ser entonces. ¿verde? ¿Más azul? ¿O amarillo para que encienda? la mano absorbe el brillo del picaporte. La mano: dorada. ¿ y el picaporte? Primero azul, y se transforma y así continua, pero no abre.
La intriga nos absorbe, nos chupa. ¿ qué hay del otro lado de la puerta? Se huele un temblor. Calor. Genera dudas. Genera dudas porque había expectativas. Buscamos otro método. El temblor estaba en el aire. ¿Sera el oído? Sonidos, ruidos, ecos, zumban y no estruendan, pero molestan. Su constancia nos calma. Agua.
Empieza a correr por debajo de la puerta, despacio. Su volumen es cada vez más notable. No es pura. La queremos pura.
1 comentario:
nennnnnnnaaaaaaaaaaaaaa
que producción!!
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